por: Yesimar Gerdler
10/05/2022 | 10:00 am
DiarioAbierto
El director de la Organización Internacional de la Energía Atómica (Oiea), Rafael Mariano Grossi, exhortó a los Gobiernos de Ucrania y Rusia a permitir el despliegue de expertos en la central nuclear de Zaporiyia, para inspeccionar el material nuclear de la planta.
El diplomático argentino explicó, ante la subcomisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo, que su «preocupación» se centra en esta planta, la mayor de Europa, después de que la situación en Chernóbil se haya «estabilizado», y recalcó que «hay una serie de actividades que los expertos deben hacer allí y no se les permite hacerlo».
Respecto a la acusación rusa de que el Gobierno de Volodímir Zelensky estuviera desarrollando armas nucleares, Grossi indicó que pudo «negar rápido» esta denuncia, «simplemente porque se pudo confirmar objetivamente que no había desviaciones en el material nuclear».
No obstante, argumentó que «no poder ir a inspeccionar la posibilidad de acusaciones o dudas en el futuro es un peligro real» y «algo que debe ser tomado en consideración con toda la seriedad».
Por su parte, el Papa Francisco aseguró que «no es casual que la guerra haya vuelto en Europa en el momento en que la generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo».
«El mundo vive un tiempo de dura prueba, marcado primero por la tempestad inesperada y furiosa de la pandemia, luego, por una guerra que afecta la paz y el desarrollo a escala mundial (…) No es casual que la guerra haya vuelto en Europa en el momento en que la generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo», explicó el Santo Padre en el mensaje para la jornada que dedica la Iglesia católica a los abuelos y los ancianos, la cual se realizará el próximo 24 de julio.
Ante esta situación, el Sumo Pontífice urgió a «un cambio profundo, una conversión que desmilitarice los corazones, permitiendo que cada uno reconozca en el otro a un hermano» y pidió a los abuelos y mayores, «enseñar a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo a ver a los demás con la misma mirada comprensiva y tierna que dirigimos a nuestros nietos».
En otra vertiente del conflicto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que al menos unos 8 millones de ucranianos se han visto forzados a desplazarse en el interior del país.
De acuerdo al informe del organismo, esta cifra representa «un 24% más en comparación con las primeras cifras de desplazamiento interno publicadas el 16 de marzo».
Asimismo, la OIM indicó que, según sus encuestas, dos terceras partes de los desplazados consideran que la mejor manera de ayudarlos es a través de asistencia con dinero en efectivo para comprar comida y medicamentos, mientras que un 27% pidió materiales y herramientas para reparar sus hogares.
Igualmente, los datos indicaron que 2,7 millones de personas han retornado a sus casas en Ucrania, de los cuales casi todos regresaron de otras áreas dentro de su misma región o de otras regiones, lo que indica que el número de refugiados en otros países que regresan es escaso.
Es importante destacar que según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), el número de refugiados ucranianos registrados desde que empezó la guerra es de 5,92 millones, la gran mayoría en países vecinos.