por: Edgar Pilca
09/06/2023 | 12:00 pm
El Confidencial
Jeremy Laurence, portavoz de la Oficina de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, indicó que es «prematuro» considerar la rotura de la presa de Kajovka, en el sur de Ucrania, como un crimen de guerra.
La organización argumentó que las circunstancias en las que ocurrió la destrucción del embalse aún no están esclarecidas. Por lo tanto, llamó a que se lleve a cabo una investigación «independiente e imparcial» sobre este incidente.
En ese sentido, Laurence le solicitó a las autoridades rusas que le permitan a las agencias de la ONU y a otras organizaciones humanitarias a acceder a las zonas anegadas para conocer de primera mano las consecuencias de este suceso.
El portavoz de la ONU también lamentó que muchos ciudadanos cercanos a la central hidroeléctrica de Kajovka hayan perdido su derecho a la vivienda, la salud y seguridad.
«Muchos han sido evacuados de sus hogares, dejándolo todo atrás sin saber si perderán sus casas para siempre, y los hospitales están inundados, privando a muchos de la asistencia medica que necesitan en estos momentos críticos», agregó.
Además, alertó que la situación puede desencadenar brotes de cólera o diarrea, debido a la falta de agua potable en la región.
Hasta la fecha, al menos cuatro personas murieron, 13 permanecen desaparecidas y más de 2 mil 400 fueron evacuadas de sus hogares tras las inundaciones acaecidas por la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, que está ubicada la provincia de Jersón, al sur de Ucrania.
Las inundaciones suscitadas por el bombardeo al embalse -que según Ucrania fue provocada por Rusia- también anegaron a localidades cercanas.