por: María Fernanda Pérez
24/08/2025 | 2:30 pm
Foto de Sasha Sashina en Unsplash
En los últimos meses, los refugios de animales en los Estados Unidos, especialmente en estados como Florida, Texas y California, han enfrentado una crisis silenciosa pero devastadora.
Con la intensificación de las deportaciones, una creciente cantidad de perros y gatos están siendo abandonados de manera abrupta, lo que está llevando a estos refugios a un punto de saturación sin precedentes.
En este sentido, la directora de Adopt and Save a Life Rescue Mission en Miami, Daymi Blain, relata cómo las llamadas de auxilio han cambiado drásticamente.
En lugar de los típicos abandonos por mudanzas o desalojos, ahora recibe reportes desgarradores de mascotas cuyos dueños han sido detenidos o deportados repentinamente. En los últimos meses, este refugio ha recibido al menos 19 mascotas en estas circunstancias, y el número sigue en aumento.
Este panorama ha llevado a la organización a su límite, con más de 50 perros y 30 gatos bajo su cuidado, obligándolos a acondicionar espacios improvisados como establos y casas rodantes.
La situación es tan abrumadora que Blain confiesa no poder atender todas las llamadas que recibe, y en su lugar, recurre a las redes sociales con la esperanza de que otros rescates puedan ayudar.
La desesperación es palpable, ya que el refugio lucha con altos costos operativos, como una factura mensual de electricidad de $1,200, mientras se esfuerza por proporcionar un ambiente digno para los animales.
Asimismo, la preocupación se extiende más allá de los refugios, ya que otras organizaciones temen que la crisis se agrave. Con un ritmo de deportaciones que podría alcanzar récords, la organización californiana C.A.R.E.4Paws está buscando fondos para abrir un refugio dedicado a mascotas de migrantes en situaciones de crisis.
Su cofundadora, Isabel Gullö, subraya que la última preocupación de una persona que atraviesa un momento tan difícil debería ser el destino de su mascota.
Foto de Anna Kumpan en Unsplash
La realidad de estas familias se hizo evidente la semana pasada con la detención de Benjamín Marcelo Guerrero Cruz, un joven chileno de 18 años. Su familia encontró a su perro abandonado tras su arresto, un ejemplo de las muchas historias que se repiten a diario.
La comunidad de rescatistas, como Saving Hope Rescue en Dallas, también ha compartido en redes sociales historias conmovedoras, como la de un hombre que se enfrenta a la deportación y cuya mayor preocupación es el futuro de sus perros.
Ante este panorama, la directora Blain hace un llamado urgente a la comunidad para que, si no pueden adoptar, al menos consideren donar fondos, comida o ser voluntarios para cuidar temporalmente a los animales.
La capacidad de los albergues ha sido superada, y la necesidad de apoyo es más crítica que nunca.