por: MarÃa Fernanda Pérez
06/09/2025 | 2:30 pm
Captura de pantalla/Islamic State Video
En la cúspide de su infamia como verdugo de ISIS, la vida de Mohammed Emwazi, apodado «Jihadi John», llegó a un final abrupto en 2015 y es que un reciente informe de la inteligencia británica reveló un detalle insólito sobre su muerte, arrojando nueva luz sobre la operación que puso fin a su reinado de terror.
En lugar de una escena de batalla épica, Emwazi fue «evaporado, kebab en mano» por un misil Hellfire mientras se detenÃa en su habitual local de comida rápida.
La muerte de Jihadi John fue el resultado de seis semanas de meticulosa vigilancia por parte de los servicios de inteligencia británicos, MI6 y GCHQ. Los agentes rastrearon a Emwazi hasta una tienda de kebabs en Raqqa, Siria.
Detectaron un patrón: él y sus acompañantes llegaban en un vehÃculo todoterreno, se detenÃan por unos minutos y luego se iban. La confirmación del objetivo, un local de comida rápida, provino del MI6. Este detallado seguimiento permitió a los operadores de drones anticipar un momento clave.
Un ataque quirúrgico para evitar vÃctimas civiles
La misión estuvo a punto de ser abortada cuando un niño que acompañaba a Emwazi intentó regresar al vehÃculo. Sin embargo, otros vehÃculos lo bloquearon, dándole a los operadores de drones, coordinados desde Catar con apoyo en Siria, la ventana de oportunidad que necesitaban.
Esperaron a que el niño se alejara para jugar al fútbol antes de lanzar el misil. El ataque fue un éxito, logrando eliminar a Emwazi sin causar vÃctimas civiles.
De este modo, la radicalización de Emwazi, nacido en Kuwait y criado en el oeste de Londres, contrasta con la descripción de sus antiguos compañeros, que lo recuerdan como un niño tÃmido y educado.
Su vida dio un giro radical tras estudiar en la Universidad de Westminster, un centro que ha sido vinculado con el islamismo radical. Después de ser interrogado por el MI5 en 2009, Emwazi afirmó que su resentimiento hacia Occidente se profundizó.
Se unió a un grupo conocido como «The Beatles», que torturó y decapitó a más de 29 rehenes, incluyendo a los periodistas James Foley y Steven Sotloff. La voz y acento británicos de Emwazi fueron cruciales para su identificación por el GCHQ.
A pesar de sus esfuerzos por evadir la detección, como el uso de cifrado y redes privadas virtuales, la inteligencia británica logró rastrearlo y poner fin a sus crÃmenes.