por: Elena Velásquez
17/07/2023 | 2:30 pm
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Este lunes, 17 de julio, el Gobierno de la Federación de Rusia puso fin al acuerdo del grano que, durante el último año, permitió la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro.
En su acostumbrada rueda de prensa diaria, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que “los acuerdos del mar Negro dejaron de ser válidos hoy”, puesto que “desafortunadamente” una parte de los puntos acordados “no se han implementado hasta ahora”.
A propósito de ello, el diplomático recordó que, en los últimos meses, Rusia ha reclamado constantemente que los compromisos adquiridos como parte del acuerdo no se estaban cumpliendo a plenitud, debido a que, de los cargueros que partieron con cargas de cereales desde el territorio ucraniano controlado por fuerzas rusas, solo dos fueron destinados al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, mientras que otros 90 navíos partieron de la zona “con fines comerciales”.
Ante esta situación, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, se mostró en desacuerdo y calificó la resolución rusa como un “movimiento cínico” y afirmó que, desde la Unión Europea (UE), continuarán trabajando para “garantizar la seguridad alimentaria para los vulnerables del mundo” y para seguir “llevando productos agroalimentarios de Ucrania a los mercados globales”.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel y el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, lamentaron la decisión rusa, recordando que dicho pacto es “muy importante” para el mundo entero.
“Es algo muy serio que creará muchos problemas para mucha gente en todo el mundo (…) Nosotros, por nuestra parte, haremos todo lo que podamos a través de los corredores solidarios para hacer que el grano ucraniano esté disponible para las personas que comen de él (…) Y tengo que culpar a Rusia por esta decisión completamente injustificada, convirtiendo en un arma el hambre de la gente”, dijo Borrell al respecto.
Cabe recordar que, para la extensión del acuerdo del grano, Rusia exigía “la conexión de su banco agrícola, Rosseljozbank, al sistema bancario internacional SWIFT, el levantamiento de sanciones a repuestos para la maquinaria agrícola, el desbloqueo de la logística y seguros de transporte, el descongelamiento de activos y la reanudación de la tubería de amoníaco del gasoducto Togliatti-Odesa”.