por: Elena Velásquez
06/04/2022 | 10:00 am
Prensa Latina
El viceministro de Exteriores de Rusia, Alexandr Grushkó, advirtió que su país tomará represalias si la Unión Europea (UE) impone más sanciones como respuesta frente a la invasión de Ucrania.
«Vamos a tomar medidas de represalia, desarrollaremos medidas apropiadas para proteger nuestros intereses legítimos en la esfera económica y otras áreas», comentó el representante a una agencia de noticias.
Este pronunciamiento tuvo lugar con motivo de la próxima reunión de embajadores de la UE, que durante este miércoles, podrían alcanzar un nuevo acuerdo unánime para limitar las importaciones y exportaciones rusas en ámbitos energéticos, alimenticios, tecnológicos y otros más; así como para restringir aún más las transacciones con cuatro bancos rusos.
Por otra parte, el Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, agradeció hoy que Irlanda abandonara su tradicional neutralidad ante los «destrozos» que las tropas rusas han causado en su nación.
«Aunque son un país neutral, no permanecen neutrales ante el desastre y los percances que Rusia trajo a Ucrania (…) Estoy agradecido a cada ciudadano de Irlanda (…) Gracias por la ayuda humanitaria y financiera y gracias por preocuparse de la gente ucraniana que encontró cobijo en su tierra», expresó.
En este sentido, durante su intervención por videoconferencia ante las dos cámaras del Parlamento de Dublín, el mandatario afirmó que el Kremlin está usando el «hambre» como un arma contra su pueblo y solicitó mayores esfuerzos de parte del Ejecutivo irlandés, en pro de ayudar a los ucranianos.
En otras incidencias de la guerra, el Alto Mando del Ejército ucraniano alertó que Rusia centrará sus esfuerzos militares en preparar «una gran ofensiva» contra Donetsk, Lugansk y Mariúpol; para hacerse con el control total de estas regiones.
En su último parte, las fuerzas ucranianas afirmaron que las tropas enemigas mantienen su ofensiva hacia las ciudades de Izium, Sloviansk y Barvinkove, de la provincia de Kharkiv, para tratar de «mejorar la posición táctica de sus unidades y continuar realizando operaciones de asalto en algunas áreas».
Por otra parte, el Ejército ruso anunció que desplegará una «ofensiva final» para concretar la toma de Mariúpol, ciudad en la que las milicias de Ucrania se han negado a dejar las armas a pesar de verse sitiados, sin disponibilidad de alimentos ni servicios básicos.
En relación a las bajas civiles en suelo ucraniano, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) señaló que al menos mil 480 civiles ucranianos han fallecido a consecuencia de la invasión rusa y otros 2 mil 195 han resultado heridos.
Las regiones más afectadas han sido las del Donbás, principalmente Donetsk y Lugansk, que han contabilizado al menos 474 decesos y mil 065 lesionados; a esto se suman otros mil 006 muertos y unos mil 130 heridos, que se reparten entre las ciudades de Cherkasy, Chernígov, Dnipro, Jersón, Kharkiv, Kiev, Mykolaiv, Odesa, Sumy, Zaporiyia y Zhytomir.
No obstante, el Acnudh que las cifras reales de bajas civiles deben ser «considerablemente más altas», puesto que aún no se han recibido los reportes de otras zonas del país o falta la corroboración de algunos informes, como los provenientes de Borodianka, Izium, Mariúpol, Popasna y Volnovakha.
Finalmente, cabe destacar que el Papa Francisco se sumó al grupo de personalidades que han condenado la masacre de Bucha, considerándola otra más de las «crueldades siempre más horrendas» que ha vivido el pueblo Ucrania.
«En las recientes noticias que llegan de la guerra de Ucrania en vez de traernos alivio y esperanza nos traen noticias de nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha, horrendas crueldades contra civiles, mujeres y niños indefensos (…) Son víctimas cuya sangre inocente grita hasta el cielo e implora que se ponga fina a esta guerra, que callen las armas y se deje de sembrar muerte y destrucción (…) Recemos por ello», expresó.
Durante su discurso, el Sumo Pontífice mostró una bandera ucraniana procedente de la guerra, justamente desde la ciudad de Bucha, donde cientos de civiles fueron asesinados durante la ocupación rusa.