Zelenski: Ataque en Kramatorsk prueba que Rusia «extermina» civiles

El Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró que el ataque contra una estación de tren en Kramatorsk, prueba que Rusia «extermina» a los civiles.

En este sentido, detalló que el atentado se efectuó con misiles Tochka-U que acabaron con la vida de al menos 30 personas y lesionaron a otro centanar de civiles, quienes esperaban a ser evacuados de esta zona del óblast de Donetsk.

«La policía y los antidisturbios están sobre el terreno (…) Los rusos inhumanos no abandonan sus métodos (…) Al no tener la fuerza y el valor de oponerse a nosotros en el campo de batalla, exterminan cínicamente a la población civil (…) Este es un mal que no tiene límites (…) Y si no se castiga, nunca dejará de hacerlo», expresó el mandatario.

Al respecto del ataque, el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko, informó a través de su cuenta en Telegram que «los fascistas rusos atacaron la estación de tren de Kramatorsk con un Iskander» porque tenían «conocimiento» de que este lugar era un «punto de concentración» para agilizar la evacuación.

Igualmente, el alcalde de la población, Alexander Goncharenko, emitió un parte en el que detalló que en el hecho fallecieron cuatro niños y que, entre el centenar de heridos, hay «casos muy graves», en los que se cuentan personas con amputaciones de brazos y piernas.

Asimismo, la entidad gestora de los ferrocarriles ucranianos se pronunció sobre el ataque, calificándolo como «un golpe deliberado a la infraestructura de pasajeros del ferrocarril y los residentes de Kramatorsk».

Adicionalmente, el asesor de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Oleksiy Arestovych, aseveró que el ataque fue preparado tras un «minucioso reconocimiento del objetivo».

«Las tropas rusas atacaron con un misil del tipo Iskander la estación de trenes de Kramatorsk (…) Hay que comprender que ataques de este tipo van precedidos de un reconocimiento minucioso del objetivo, como mínimo con drones, observando el terreno», comentó.

En relación a esto, destacó que este tipo de misiles son «demasiado caros» y es «demasiado difícil y arriesgado organizar ataques de este tipo», por lo que «vieron perfectamente que estaban golpeando a civiles, a primera hora de la mañana, que a esas horas en la estación había miles de personas tratando de salir, familias, niños, ancianos»

No obstante, las milicias prorrusas de Donetsk responsabilizaron a Kiev por el ataque pues, supuestamente, las tropas rusas no disponen de misiles Tochka-U; discurso que ha sido seguido por el Ministerio de Defensa ruso, el cual afirmó que sus fuerzas «no tenían misiones de fuego en la ciudad de Kramatorsk y no estaban planificadas».

Por otra parte, los lideres de la diplomacia europea condenaron el ataque contra la estación, calificando el hecho como «horrible» e «indiscriminado».

A través de su cuenta oficial en la red social Twitter, el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, aseguró que el atentado fue «otro intento de cerrar rutas de escape para los que escapan esta guerra injustificada y causar sufrimiento humano».

Asimismo, el presidente del Consejo Europeo (CE), Charles Michel, indicó que este «horrible ataque» muestra que se deben continuar las sanciones contra Rusia y reafirmar el apoyo a Ucrania.

En otra vertiente del conflicto, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones; la suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos, debido a los númerosos crímenes y abusos de los que se les acusa en suelo ucranano.

La iniciativa, presentada por Estados Unidos y respaldada por sus aliados de la UE tras el conocimiento de la masacre de Bucha; se argumentó en que Moscú «no puede continuar siendo partícipe de esta instancia» mientras «continúe subvirtiendo todos los principios básicos» en su invasión a Ucrania.

Antes de la votación, el embajador ucraniano ante Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, se dirigió a los diplomáticos para reiterar que «Rusia no sólo está cometiendo violaciones de los derechos humanos, sino que está sacudiendo los cimientos de la paz y seguridad internacionales», por lo que votar en contra de esta medida es una «indiferencia» que equivale a «apretar el gatillo» contra los civiles ucranianos.

En respuesta a la decisión, el embajador ruso, Gennady Gatilov, aseveró que la suspensión de su nación de esta instancia responde a un «chantaje» de Occidente que «desacredita al Consejo, daña irreparablemente su reputación y mina su credibilidad».

Asimismo, indicó que la iniciativa estaounidense es «ilegítima y está políticamente motivada» y que, en vista de la situación, Rusia prefiere retirarse «por adelantado» del órgano, sin que ello suponga un desapego de sus «obligaciones en la esfera de los derechos humanos».

Cabe destacar que, anteriormente, el Consejo, que también ha sido criticado por incluir Estados con «historiales dudosos» en materia de DDHH; solo había suspendido, por un corto tiempo, a Libia en respuesta a la represión de las protestas de 2011 por parte del régimen de Muamar el Gadafi.