por: Con información de El Tiempo de Colombia
18/07/2016 | 6:56 am
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Multitudinario e impresionante. Así fue el movimiento de venezolanos que ingresaron el fin de semana por los puentes internacionales Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, hacia las poblaciones colombianas de Cúcuta y Villa del Rosario, en Norte de Santander, en búsqueda de alimentos y medicinas.
El tránsito de ciudadanos también tuvo espacio en el puente binacional José Antonio Páez, que comunica el departamento de Arauca con el estado Apure (Venezuela). Las cifras de las jornadas, que se desarrollaron los días sábado y domingo, en medio del cierre de la frontera dispuesto por el gobierno de Nicolás Maduro, que completa 11 meses, superaron todos los cálculos.
Según cifras de la Cancillería, a Colombia ingresaron, en menos de 20 horas de apertura, 123.684 personas: 88.684 el domingo y 35.000 el sábado.
“La travesía ha sido muy larga. Venimos a comprar alimentos, a llevar azúcar, papel higiénico, harina para arepas y aceite, entre otras cosas que no conseguimos allá y cuyos precios, si las hay, están por las nubes”, dijo Marisela Carrillo mientras cruzaba el puente Simón Bolívar, luego de un viaje de ocho horas desde Trujillo.
Un dispositivo de seguridad con 1.000 hombres de la Policía Nacional y del Ejército acompañó las jornadas. Ante semejantes movimientos masivos, Migración Colombia también estableció controles especiales, con cien funcionarios.
Mientras tanto, una amplia flota de vehículos de transporte público, entre buses y busetas, estableció rutas especiales para transportar a los venezolanos hacia los centros de abastos y supermercados en Cúcuta. El sector del comercio se vio abarrotado de compradores que soportaron larguísimas filas para adquirir productos de la canasta familiar.
Antes de que se generara la apertura provisional del paso, grandes, medianos y pequeños comerciantes de esa capital hicieron la advertencia sobre el riesgo de desabastecimiento que se podría derivar en alimentos como el azúcar, el aceite, harina y granos, cuyas existencias están limitadas debido al paro camionero.