por: Edgar Pilca
03/12/2025 | 6:00 am
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Cada año, el mismo dilema invade los hogares alrededor del mundo: ¿Cuál es el momento preciso para instalar el árbol de Navidad?
Si bien la emoción de la temporada incita a muchos a adelantarse, la tradición y el calendario religioso señalan una fecha específica para dar el pistoletazo de salida a la decoración festiva.
De acuerdo con el calendario cristiano, el inicio oficial para colocar los árboles y la decoración se marca con el comienzo del Adviento. Este período de preparación previo a la celebración del nacimiento de Jesús, se inició el pasado domingo 30 de noviembre.
Alternativa en Latinoamérica
Aunque el Adviento marca la pauta religiosa, una gran parte de las personas en Latinoamérica y otras regiones optan por esperar hasta el 08 de diciembre.
Este día se celebra la festividad de la Virgen Inmaculada o Virgen de la Purísima Concepción, una fecha que en países como Colombia es conocida por la popular tradición del «Día de las velitas», siendo el inicio simbólico de la Navidad.
La costumbre de llevar un pino al hogar y decorarlo es una práctica profundamente arraigada que se remonta a siglos atrás y posee un rico simbolismo.
La tradición moderna tiene sus raíces en Europa central, particularmente en Alemania, alrededor del siglo XVI. Los registros históricos señalan que los primeros árboles de Navidad eran sencillos, adornados con manzanas, nueces y velas.
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La popularidad de la práctica dentro del cristianismo se debe a que el árbol de hoja perenne simboliza la vida eterna. La decoración moderna se inspira en los Regalos de los Reyes Magos a Jesús (oro, incienso y mirra), sirviendo como símbolo de «generosidad y reconocimiento».
Anteriormente, la tradición se entrelazaba con celebraciones paganas como el solsticio de invierno, donde se intercambiaban pequeños regalos y símbolos de buena fortuna para atraer la prosperidad.
Esta práctica migró con los inmigrantes a Estados Unidos a principios del siglo XIX, evolucionando la decoración hasta incluir las conocidas luces eléctricas, guirnaldas y sofisticadas bolas de vidrio.
Así, aunque la tradición apunte al Adviento, el momento de armar el árbol sigue siendo, en última instancia, una elección profundamente personal y cultural, rica en historia y significado.