por: Elena Velásquez
03/12/2024 | 8:00 am
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La Navidad es una época festiva llena de color por doquier. Año tras año, millones de personas en todo el mundo crean decoraciones espectaculares, coloridas y vibrantes, para celebrar estas fechas.
Sin embargo, de entre toda la gama de tonalidades posibles, hay dos colores que predominan por encima del resto: el verde y el rojo ¿A qué se debe esto? Hoy te lo contamos.
Si bien existen diversas teorías sobre los colores asociados a la temporada navideña, la mayoría de ellas está ligada a la simbología de tradiciones que se remontan varios siglos y que, en algunos casos, pertenecían a culturas totalmente diferentes a las que han cosechado el cristianismo.
Por ejemplo, el color verde ha estado presente en las festividades decembrinas desde mucho antes de que la Navidad cristiana se impusiera como la celebración del mes. Culturas como la celta consideraban que esta tonalidad era una representación de la vida, en alusión a que todo campo verde era señal de una tierra fértil; asimismo, muchos otros pueblos han asociado esta tonalidad a la renovación, la frescura y la esperanza.
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En la simbología navideña, el color verde, principalmente está presente en el pino, el cual fue elegido como el árbol de Navidad en el siglo XVI, puesto que este árbol conserva su color y su follaje durante la época invernal con la que coinciden las fiestas, lo cual a su vez es considerado como símbolo de «la promesa de la primavera que está por venir» o el renacer tras una temporada oscura y fría.
Por otro lado, el rojo es el color que complementa al verde, pero no por ello fue elegido como uno de los tonos predilectos de la Navidad. Según las historias, el rojo ya era usado mucho antes de que se globalizara esta celebración cristiana, pues estaba presente en telas, cintas y ropajes de culturas antiguas que «culturas celebraban festividades invernales para conmemorar el solsticio».
Así pues, este color se había asociado principalmente a la alegría, el amor y la vitalidad. Sin embargo, al unir estas tradiciones paganas con la cristiana, el rojo pasó a tener un significado mucho más profundo, pues se le considera una «promesa de redención» en vista de que fue y es la sangre de Jesús la que librará al mundo de sus pecados.
Pese a esta última simbología religiosa, la mayoría de las personas asocian el rojo a la temporada navideña por otra figura popular de la fecha: San Nicolás (también llamado Santa Claus o Papá Noel); el cual suele ser representado con un traje rojo escarlata junto a un trineo tirado por renos.