por: Inés Reyes
28/11/2017 | 11:16 am
AP
El Papa Francisco insistió este martes que el futuro de Myanmar depende del respeto a “todos los grupos étnicos”.
Este hecho, representa una muestra indirecta de apoyo a los musulmanes Rohinya quienes durante décadas, han sido víctimas de discriminación y de una ofensiva militar.
El Pontífice argentino, no mencionó directamente la ofensiva que fue calificada por las Naciones Unidas de “limpieza étnica”, ni pronunció el polémico término “Rohinya” en su discurso ante la líder civil de Myanmar, Aung San Suu Kyi, y otras autoridades en la capital, Naypyitaw.
Sin embargo, lamentó que el pueblo de Myanmar siga sufriendo por conflictos civiles y hostilidades.
Asimismo, señaló que toda persona la cual considere a su país como su patria «merece que se garanticen sus derechos básicos».
Desde hace décadas, los musulmanes rohinya han enfrentado una discriminación respaldada por el estado. El país, de mayoría budista, no les concede la ciudadanía y se impide su acceso a servicios básicos como educación o sanidad.
El ejército inició el pasado mes de agosto una ofensiva, llamada “operación de limpieza”, en el estado de Rakhine tras un ataque de insurgentes a puestos de la policía.
En ese sentido, la violencia, el saqueo y la quema de localidades han obligado a más de 620 mil Rohinyas a huir a Bangladesh.
En el discurso más esperado de la gira papal de una semana por Myanmar y Bangladesh, Francisco mostró su apoyo a los esfuerzos de Suu Kyi para lograr la reconciliación entre los distintos grupos tras décadas de dictadura militar.
“El futuro de Myanmar debe ser de paz, una paz basada en el resto a la dignidad y los derechos de todos los miembros de la sociedad, ”, señaló el Padre Santo.
Por otra parte, la Premio Nobel de la Paz y jefa de facto del Gobierno, Aung San Suu Ky, se refirió a la situación en Rakhine, durante su discurso ante Francisco en el enorme centro de convenciones de Naypyitaw; la nueva capital de Myanmar.
«Estos conflictos sólo gestionan los problemas antiguos sociales, económicos y políticos, los cuales, han erosionado la confianza, comprensión, armonía y la cooperación en Rakhine», Aung San Suu Ky.
El papa hizo hincapié en la unidad en la diversidad, durante su reunión de 40 minutos con líderes budistas, hindúes, musulmanes, cristianos y judíos a quienes invitó para la reconstrucción del país.