por: Yarelis Borges
30/10/2016 | 10:00 am
Wikimedia
Hace más de 2.500 años que se dio origen al Halloween, donde los irlandeses celebraban el «fin de verano», que era el último día de la temporada de la cosecha, en esa celebración se le daba la bienvenida al año nuevo celta.
Según leyendas cuentan que en la noche, mientras celebraban, la línea que une el mundo humano se unió con el del más allá, donde los espíritus podían regresar con los vivos
En las celebraciones, los muertos se reencontraban con sus familias, festejaban y cenaban todos juntos.
Para que los espíritus no se perdieran en el camino de regreso a casa, sus familias encendían velas para que encontraran la luz, además colocaban comida y dulces en las puertas y ventanas.
Aunque no todo era bueno, en ocasiones entraban espíritus malos, por eso los humanos se disfrazaban para parecer muertos y no sufrir daño alguno.
La tradición llegó a Estados Unidos en 1840, por un inmigrante irlandés, creador de la leyenda del viejo Jack O’Lantern, un tacaño y astuto personaje que atrapó al diablo con una cruz un 31 de octubre por la noche