por: Yesimar Gerdler
03/05/2018 | 1:02 pm
Pixabay
El Síndrome de Münchausen por poder es una forma de maltrato infantil. Este trastorno mental implica que una persona, generalmente el cuidador o la madre del niño, deliberadamente causa lesión, enfermedad o trastorno a otra, usualmente al hijo.
Esta enfermedad a menudo pasa desapercibida para médicos y autoridades durante meses o años, sin embargo tiene un índice causal de mortalidad de alrededor del 7%, según un equipo de médicos chilenos.
Los adultos que padecen este trastorno psiquiátrico pueden llegan a límites insospechados en su búsqueda patológica por la atención médica: pueden inyectarle al menor sangre, orina o heces para generarle enfermedad, darles fármacos que les generen síntomas como vómitos o diarrea y someterlos a pruebas invasivas como biopsias o cirugías.
¿Qué lo causa?
El Síndrome de Münchausen ocurre debido a problemas psicológicos del adulto y puede ser potencialmente mortal para el niño implicado.
Los expertos creen que las personas que sufrieron abuso, malos tratos o abandono durante su infancia tiene un mayor riesgo de padecerlo.
Teorizan que el paciente se autoinflige una lesión o la causa en alguien a su cuidado en un intento por buscar empatía, llamar la atención o generar admiración por su capacidad para sobrellevar su problema.
¿Cómo se trata?
Una vez reconocido el síndrome, es necesario proteger al infante y retirarlo del cuidado directo de la madre o padre, a quien se le debe ofrecer ayuda más que acusarlo.
Dado que esta es una forma de maltrato infantil, se debe notificar del síndrome a las autoridades. Lo más probable es que se recomiende terapia psiquiátrica para el progenitor involucrado.
Los niños pueden requerir atención médica para tratar las lesiones infringidas por su progenitor, al igual que atención psiquiátrica para hacerle frente a la depresión, la ansiedad y otras afecciones que puedan ser provocadas por el maltrato infantil.
El niño puede presentar complicaciones de lesiones, infecciones, medicamentos, cirugías o exámenes.
El riesgo de complicaciones psicológicas como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y otros aumentan en los sobrevivientes del maltrato infantil.