por: Elena Velásquez
25/01/2024 | 6:00 pm
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Recientemente, astrónomos lograron confirmar que existe un «vínculo directo» entre las supernovas y la formación de los agujeros negros.
De acuerdo a la información reseñada por diversos medios, pese a que esta posibilidad llevaba mucho tiempo en mente de los científicos, solo hasta ahora se pudo obtener «una evidencia directa», la cual a su vez pudo ser hallado luego que, en mayo de 2022, el «astrónomo aficionado» sudafricano, Berto Monard, descubriera «la supernova SN 2022jli en el brazo espiral de la cercana galaxia NGC 157, situada a 75 millones de años luz de distancia».
Una vez descubierta esta supernova (llamada así «la explosión que sufren ciertas estrellas al final de sus vidas»), dos equipos diferentes, liderados por el investigador del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel), Ping Chen; y por el estudiante de doctorado en la Universidad de Queen’s de Belfast (Irlanda del Norte), Thomas Moore; se encargaron de vigilar «las secuelas de esta explosión y descubrieron que tenía un comportamiento único».
Fue así como los expertos de ambos grupos de estudio notaron que, después de la explosión de SN 2022jli, el brillo de la supernova no se desvaneció con el tiempo como suele ocurrir, sino que «a medida que el brillo general disminuye, no lo hace de forma paulatina, sino que oscila hacia arriba y hacia abajo en períodos de cerca de 12 días».
Partiendo de ello, los expertos consideraron que «la presencia de más de una estrella en el sistema SN 2022jli podría explicar este comportamiento», pero curiosamente, a diferencia de otros casos, «la estrella compañera parece haber sobrevivido a la muerte violenta de su pareja y los dos cuerpos, el remanente compacto y la compañera, probablemente siguieron orbitándose el uno al otro».
De este modo, ambos equipos concluyeron que la estrella compañera debió sufrir una hinchazón de hidrógeno superior a lo habitual y, «a medida que el objeto compacto que quedó después de la explosión cruzó la atmósfera de la compañera, le quitó hidrógeno a la estrella formando un disco caliente de materia a su alrededor»; por ello, creen que este «robo de energía» debe estar asociado «a una estrella de neutrones invisible, o posiblemente a un agujero negro, que absorbe materia de la atmósfera hinchada de la estrella compañera».