por: Jonás Rodríguez
09/01/2021 | 9:00 pm
Pixabay / Referencial
Un grupo de expertos estadounidenses descubrió el posible origen de un meteorito que impactó en la Tierra (sobre Sudán) en el 2008.
El asteroide, denominado «2008 TC3», tenía un peso de nueve toneladas y una extensión de cuatro metros de diámetro. Además, su colisión se convirtió en el primer choque de un meteorito en ser previsto antes de entrar a la atmósfera terrestre.
Este hecho permitió que los especialistas recuperaran alrededor de 10 kilos de muestras del elemento, el cual se desintegró en aproximadamente 600 pedazos tras el impacto. Los restos recabados fueron bautizados como Almahata Sitta (AhS).
Ahora, más de una década después, los expertos del Instituto de Investigación del Suroeste (Estados Unidos) analizaron la composición de un pequeño fragmento del meteorito y determinaron que el mismo proviene de un asteroide desconocido que es casi del tamaño de Ceres (el objeto más grande en el cinturón de asteroides principal, considerado un planeta enano).
Asimismo, los investigadores señalaron que dicho astro tenía una gran cantidad de agua y que se formó en temperaturas y presiones intermedias durante los primeros momentos del Sistema Solar.
Para llegar a estas conclusiones, los especialistas, dirigidos por la geóloga planetaria, Vicky Hamilton, analizaron 50 miligramos del asteroide usando un microscopio infrarrojo.
Según los datos conseguidos, el elemento poseía una variedad de minerales hidratados, entre ellos, un cristal hidratado conocido como «anfíbol», lo cual sorprendió a los científicos.
En este sentido, los académicos explicaron que estos cristales de silicato se forman a partir de una exposición prolongada a las altas presiones y temperaturas, lo que indica que la roca espacial registrada pertenecía a una masa de mayor tamaño.
Sin embargo, al no tener registro de un asteroide de tal magnitud en el Sistema Solar, los investigadores creen que el cuerpo original se destruyó hace bastante tiempo, incluso en repetidas ocasiones.
Finalmente, los estudiados sostienen que las muestras de Almahata Sitta podrían dar una idea de una fase desconocida en la formación de nuestro universo.