por: María Fernanda Pérez
14/09/2025 | 4:30 pm
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La inteligencia artificial (IA) está dejando de ser una promesa futurista para convertirse en una fuerza transformadora del mercado laboral, y las señales ya son evidentes.
Con ejemplos como el de Salesforce, que redujo 4.000 puestos de soporte al cliente para dar paso a la automatización, se hace patente que la IA no solo optimiza, sino que también desplaza.
Este caso, aunque se presenta como una reubicación, subraya una tendencia preocupante: la vulnerabilidad de ciertos perfiles, especialmente aquellos en posiciones de entrada o con tareas rutinarias.
Lo cierto es que este fenómeno no se limita al soporte al cliente. En el sector tecnológico, la IA está reconfigurando las carreras incluso para los recién llegados.
Un estudio de la Universidad de Stanford revela que el empleo para desarrolladores de software jóvenes ha caído casi un 20%, mientras la demanda de ingenieros experimentados se mantiene firme.
Herramientas como Cursor y Claude Code automatizan la programación básica, creando una brecha que amenaza el tradicional ascenso profesional de la mano de la experiencia.
A pesar de estos desafíos, la narrativa no es solo de desplazamiento, sino también de adaptación y reskilling. El desafío principal, como lo indica una investigación de LinkedIn, es la resistencia al cambio y la falta de capacitación.
Muchos profesionales ven el aprendizaje de nuevas tecnologías como una carga adicional, y casi la mitad no utiliza la IA en todo su potencial.
Por esto, más de un tercio de los ejecutivos planean que las competencias en IA se conviertan en un factor clave para la contratación y la evaluación.