por: María Fernanda Pérez
25/10/2024 | 6:00 pm
Fotografía tomada por Glenn Francis / © Glenn Francis, www.PacificProDigital.com / https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/43/Bridgit_Mendler_2013.jpg/398px-Bridgit_Mendler_2013.jpg
Bridgit Mendler, un nombre que resonó en la infancia y adolescencia de muchos gracias a sus papeles en series como «¡Buena suerte, Charlie!» y películas como «Lemonade Mouth», está demostrando que los talentos van más allá de la pantalla.
La actriz y cantante, empresaria y abogada, dio un giro radical a su carrera y ahora se encuentra al frente de una empresa espacial.
Después de consolidar su carrera musical con el lanzamiento de su álbum debut «Hello My Name Is», Mendler decidió explorar otros horizontes. La joven se adentró en el mundo académico, graduándose en Derecho por la prestigiosa Universidad de Harvard y obteniendo un máster en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Mendler decidió poner en práctica todos sus conocimientos y habilidades en un nuevo proyecto. Junto a otros dos socios, fundó Northwood Space, una empresa emergente que busca revolucionar la comunicación y el flujo de información con los satélites en el espacio.
«Estamos construyendo esta red global para enviar datos para satélites, construidos a partir de la tecnología de matriz por fases que ahora hemos validado con éxito, tanto al laboratorio como al campo», comentó la joven ante la prensa.
Northwood, con sede en California, se dio a conocer al principio de este año, y se centra en el lado terrestre de la ecuación de conectividad espacial.
Esta startup está desarrollando estaciones terrestres para ser producidas en masa y apostando para que su sistema basado en matrices en fases, denominado «Portal», pueda superar las antenas parabólicas que utilizan tradicionalmente las empresas de estaciones terrestres.
Recientemente, la compañía logró realizar satisfactoriamente una prueba de su prototipo. Este podría mantener conexiones con hasta 10 satélites al mismo tiempo con velocidades de datos superiores a 1 gigabit por segundo, muy por encima de las antenas tradicionales.