por: Yorman Sarmiento
30/04/2025 | 4:30 pm
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Un reciente estudio realizado en Noruega arrojó que la luz es un factor de riesgo significativo para el insomnio, sobre todo cuando está relacionado con el uso de pantallas en la cama antes de dormir.
La investigación, que analizó los hábitos de sueño de más de 45 mil estudiantes universitarios, desafía creencias populares al demostrar que el principal culpable no es la luz azul emitida por los dispositivos ni el tipo de contenido consumido (redes sociales, películas o videojuegos), sino la duración total de la exposición a estas pantallas.
Los hallazgos revelan una correlación alarmante: por cada hora que un joven adulto pasa utilizando dispositivos electrónicos en la cama durante la noche, la probabilidad de sufrir insomnio se incrementa en un 59%, y su tiempo total de sueño se reduce en un promedio de 24 minutos.
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En este sentido, Gunnhild Johnsen Hjetland, autora principal del estudio, enfatiza que «el quid del problema no reside en la actividad que se realiza en la pantalla, sino en la cantidad de tiempo dedicado a ella».
Contrariamente a la creencia extendida, el uso de aplicaciones diseñadas para filtrar la luz azul no mostró una mejora significativa en la calidad del sueño; la estrategia más efectiva radica en disminuir el brillo de la pantalla y, fundamentalmente, limitar el tiempo de uso nocturno.
Vale acotar que los investigadores identificaron cuatro mecanismos principales a través de los cuales las pantallas perturban el descanso: las notificaciones y vibraciones que interrumpen el sueño, el tiempo que se le resta al sueño para utilizar los dispositivos, el contenido estimulante que dificulta conciliar el sueño, y la exposición a la luz que puede alterar el reloj biológico o ritmo circadiano.