por: EFE
19/07/2016 | 10:17 am
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Las autoridades de Venezuela niegan desde 2014 el visado solicitado por el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Sudamérica con el propósito de efectuar una misión de trabajo en el país, dijo hoy una portavoz del organismo.
El representante en el Cono Sur de la instancia que vela por el respeto de los derechos humanos en el mundo «ha pedido repetidamente un visado para visitar el país, pero no ha podido obtenerlo desde 2014», cuando se inició la gestión, precisó la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani.
Actualmente, esta entidad carece de personal en Venezuela, razón por la cual su representante en Sudamérica Amerigo Incalcaterra, quien despacha desde Santiago de Chile, ha pedido autorización al Gobierno venezolano para realizar una visita de carácter oficial.
«No tenemos gente en el terreno, pero nuestras oficinas (en la región) están atentas a la situación, que es motivo de gran preocupación porque la violencia y la inseguridad van en aumento», mencionó Shamdasani.
La portavoz sostuvo que preocupan profundamente al organismo «la escasez de alimentos» y el aumento de las protestas «pidiendo acceso a comida».
El último fin de semana, 130.000 venezolanos cruzaron a Colombia por cuatro pasos fronterizos abiertos temporalmente para que pudieran comprar alimentos, medicamentos y otros artículos de primera necesidad.
El pasado día 10, otros 35.000 venezolanos habían entrado al país vecino con el mismo fin.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocaron para el pasado viernes en Ginebra -donde ambas tienen sus sedes mundiales- una rueda de prensa sobre la actualidad en Venezuela, pero ésta fue cancelada a último momento y sin explicación.
Estaba previsto que Incalcaterra participara en ese encuentro informativo por teléfono.
Preguntada al respecto, la portavoz de la ONU en Ginebra, Alessandra Velucci, dijo hoy que la información que se había recibido sobre la situación en Venezuela era muy escasa e insuficiente para informar a la prensa, negando comentarios de que la cancelación se debió a presiones de la representación diplomática venezolana.