por: Inés Reyes
07/03/2018 | 1:03 pm
AP
La violencia contra musulmanes continuó este miércoles en las colinas en el centro de Sri Lanka, a pesar de la declaración de estado de emergencia. El gobierno ordenó bloquear medios sociales para evitar que se propagara la violencia.
La policía, también mantuvo el toque de queda por tercer día seguido en buena parte de la región en un intento de calmar la situación.
En la pequeña localidad de Katugastota, Ikram Mohamed, un musulmán, estaba de pie ante los restos de la tienda textil donde trabajaba, incendiado por una turba de budistas cingaleses.
El propietario y él habían cerrado la tienda esta mañana luego que la policía anunciara el toque de queda. Cuando regresaron la encontraron destrozada, con la ropa y los maniquíes humeando entre las ruinas.
Muchos pequeños negocios en Sri Lanka, son propiedad de musulmanes; un factor que muchos creen ha ayudado a convertirlos en objetivos al empeorar las relaciones entre budistas y musulmanes en los últimos años, conforme crecían los grupos budistas estrictos.
Estos grupos acusan a los musulmanes de convertir a la fuerza a la gente y de destruir lugares sagrados para los budistas.
Sin embargo, turbas budistas atacaron dos mezquitas, así como varias tiendas y edificios propiedad de musulmanes en al menos dos localidades del centro de Sri Lanka, según vecinos de la zona.
El gobierno ordenó después bloquear el acceso a medios sociales para tratar de impedir que se extienda la violencia religiosa, explicó un empleado de una compañía de internet.
El Presidente, Maithripala Sirisena, declaró estado de emergencia el pasado martes, aunque los detalles del decreto seguían sin estar claros para varios habitantes.