por: Yorman Sarmiento
14/05/2025 | 6:00 pm
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Annabelle, la escalofriante muñeca de porcelana convertida en un Ãcono del terror gracias a la saga de «El Conjuro», tiene raÃces mucho más siniestras que la ficción cinematográfica.
Aunque su apariencia en pantalla es inconfundible, la verdadera historia de Annabelle, investigada por los renombrados parapsicólogos Ed y Lorraine Warren, presenta un objeto muy diferente y un caso igualmente perturbador.
Contrario a la imagen popular, la Annabelle real no es una muñeca de porcelana, sino una sencilla muñeca de trapo de la popular colección Raggedy Ann, muy vendida en Estados Unidos durante la década de 1970.
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Cabe destacar que su historia comenzó en 1970, cuando una madre compró la muñeca como regalo de cumpleaños para su hija Donna, una estudiante de enfermerÃa de 21 años que compartÃa apartamento en Hartford, Connecticut.
Según el relato, Donna y su compañera de piso, Angie, comenzaron a notar que la muñeca cambiaba de posición por sà sola, moviéndose entre habitaciones e incluso dejando misteriosos mensajes escritos como «Ayúdame, ayúdanos».
Los eventos escalaron cuando el prometido de Angie, Lou, experimentó un ataque de parálisis nocturna y sintió que la muñeca intentaba estrangularlo.
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Alarmada por estos sucesos, Donna contactó a una médium quien les informó de la presencia del espÃritu de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, fallecida en el terreno donde se construyó el edificio.
Movidas por la compasión, Donna y Angie permitieron que el espÃritu «se quedara» con ellas a través de la muñeca.
La situación llegó a oÃdos de un sacerdote, quien a su vez contactó a Ed y Lorraine Warren. Tras investigar, los Warren concluyeron que la muñeca no estaba poseÃda en sà misma, sino que era manipulada por una «presencia inhumana» que buscaba poseer a un huésped humano.
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Los Warren se llevaron la muñeca, experimentando incidentes inexplicables en el camino. Actualmente, Annabelle permanece bajo llave en el Museo de lo Oculto de los Warren en Connecticut, donde es bendecida semanalmente por un sacerdote para contener cualquier fuerza maligna.
La historia real de Annabelle es un escalofriante recordatorio de los casos paranormales que investigaron Ed y Lorraine Warren, y la aterradora inspiración detrás de una de las muñecas más icónicas del cine de terror.