por: MarÃa Fernanda Pérez
08/07/2024 | 6:00 pm
Eureka
En el infinito mar cósmico, a unos 620 años luz de nuestro hogar, reside un mundo que ha capturado la atención de la humanidad: Kepler-22b. Descubierto en el año 2011 por el incansable telescopio espacial Kepler de la NASA, este exoplaneta se convirtió en el primero en ser confirmado dentro de la zona habitable de su estrella, una región privilegiada donde las condiciones permiten la existencia de agua lÃquida en la superficie.
Con un tamaño 2,4 veces superior al de la Tierra y una masa 2,2 veces mayor, Kepler-22b completa su viaje alrededor de su estrella anfitriona, Kepler-22, en un lapso de 289 dÃas. La cantidad de radiación que recibe es similar a la que la Tierra recibe del Sol, lo que lo convierte en un candidato excepcional para albergar agua y, posiblemente, vida.
La posibilidad de vida en Kepler-22b ha encendido la imaginación de cientÃficos y del público en general. Este planeta representa un claro recordatorio de que el sistema solar no es único y que existen innumerables mundos en el universo con el potencial de albergar vida.
Sin embargo, a pesar de sus emocionantes caracterÃsticas, la presencia de agua o vida en el planeta aún no ha sido confirmada. Las investigaciones continúan para determinar la composición atmosférica del planeta y la existencia de agua lÃquida en su superficie.
La atmósfera de Kepler-22b
Si bien la distancia que nos separa de Kepler-22b presenta un desafÃo considerable, los cientÃficos utilizan ingeniosas técnicas para estudiar su atmósfera y superficie. La espectroscopia y el análisis de tránsito son herramientas clave en esta investigación.
La espectroscopia permite analizar la luz proveniente del planeta, buscando biofirmas, moléculas que podrÃan indicar la presencia de vida. Por otro lado, el análisis de tránsito estudia las pequeñas variaciones en el brillo de la estrella anfitriona cuando el planeta pasa frente a ella, lo que proporciona información sobre la atmósfera y la composición del planeta.
Es asà que, las próximas misiones espaciales, como el Telescopio Espacial James Webb, contarán con tecnologÃa de vanguardia para estudiar exoplanetas con mayor detalle. Esto permitirá a los cientÃficos determinar con mayor precisión si albergan agua y si son potencialmente habitables.