por: María Fernanda Pérez
20/11/2024 | 7:30 pm
Kurioso
El nombre de Carl Tanzler está ligado a uno de los casos de necrofilia más escalofriantes del siglo XX. Este radiólogo alemán, establecido en Estados Unidos, desarrolló una obsesión enfermiza hacia una de sus pacientes, Elena Hoyos, que lo llevó a cometer actos macabros que aún hoy en día erizan la piel.
Tanzler, un hombre enigmático y carismático, cautivó a Elena Hoyos con sus atenciones. Sin embargo, su amor no fue correspondido. Tras el fallecimiento de Elena por tuberculosis, la obsesión de Tanzler se intensificó de manera enfermiza.
Kurioso
Un robo macabro
Inicialmente, Tanzler construyó un elaborado mausoleo para Elena en el cementerio de Key West, Florida. Sin embargo, su obsesión lo llevó más allá. En 1933, exhumó el cuerpo de Elena y lo llevó a su casa. Allí, empleando técnicas rudimentarias de embalsamamiento, trató de preservar el cadáver.
Con el paso del tiempo, el cuerpo de Elena se deterioró. Ante esta situación, Tanzler construyó una muñeca con los rasgos de Elena, a la que vestía y adornaba como si fuera una persona viva. Esta muñeca, junto al cadáver en avanzado estado de descomposición, se convirtió en la macabra compañía de Tanzler durante siete años.
Kurioso
La hermana de Elena, sospechando de la conducta extraña de Tanzler, denunció su caso. La policía, al ingresar a su vivienda, se encontró con una escena escalofriante: el cadáver de Elena en una cama, rodeado de objetos personales y la muñeca que había construido.
Tanzler fue arrestado y llevado a juicio, pero debido a una laguna legal fue liberado bajo fianza. Aunque el caso causó gran revuelo en la época, nunca fue condenado por sus actos.