¿Cómo se puede saludar sutil y correctamente a los gatos?

Los gatos son una especie muy particular, son cazadores solitarios y muchos los catalogan de antipáticos e independientes, pero solo hay que observarlos muy bien para llegar a conocerlos.

Estos son animales perfectos para la compañía, con los que se puede mantener una gran relación y respecto.

Para entender un poco mejor la manera de comunicarnos con ellos es necesario conocer su lenguaje corporal, por esta razón, es fundamental que sepas los siguientes consejos.

Para acercarse correctamente a los gatos lo mejor es ofrecerles un dedo como primer paso, respetando su espacio y cuando les interese también aproximarse a nosotros, ellos toman su tiempo.

Puedes agacharte o sentarte para estar en su misma altura, esto hará que no te vea como una amenaza.

Parpadearle es otra manera de entrar en confianza, esta señal demuestra una vulnerabilidad que hace que puedan confiar en ti.

La manera de interactuar entre los gatos es por el olfato, frotan sus narices y se olfatean ligeramente, por eso una opción viable es extendiéndoles tu mano o tu dedo con sutileza para que ellos decidan acercarse.

Una señal que ellos transmiten es el ronroneo, es un aviso de que está cómodo y se siente bien, igualmente, pueden cerrar sus ojos al momento de acariciarlos lo que demuestra que está a gusto y disfrutando.

Por el contrario, si mueve la cola a un compás rítmico, baja las orejas y coloca una pata entre tú y él, te está manifestando incomodidad y podría llegar a ser agresivo.

Seguramente, ha pasado que están acariciando tranquilamente a su felino y de un momento a otro agrede, desde nuestro punto de vista no lo hemos molestado, pero lo más seguro es que te haya estado avisando mediante un lenguaje corporal que no está cómodo. Recuerda que para ellos es suficiente con estar cerca de sus dueños sin el constante contacto físico.

Por su parte, científicos comprobaron que el maullido no es parte de su lenguaje natural, sino que se originó propiamente para comunicarse con los humanos.

El único maullido expresado entre ellos es el de la madre felina y sus crías, pero una vez que crecen solo lo hacen con las personas a su alrededor.