por: Elena Velásquez
03/10/2025 | 8:30 pm
Por Credit: TEM of D. radiodurans acquired in the laboratory of Michael Daly, Uniformed Services University, Bethesda, MD, USA. http://www.usuhs.mil/pat/deinococcus/index_20.htm - Copy at en:Image:Deinococcus.jpg, uploaded by en:user:Statkit1, taken from www.ornl.gov/ORNLReview/v34 The Oak Ridge National Laboratory (Higher version, curretn from: http://genome.gsc.riken.go.jp/hgmis/graphics/slides/images/YGG-00-0076_web.jpg), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=157172
En 1965, mientras Arthur Anderson y su equipo realizaban experimentos con radiación en la Estación Experimental Agrícola de Oregón (EE.UU), descubrieron un microorganismo verdaderamente sorprendente: «Conan, la bacteria».
Esta minúscula forma de vida fue hallada de la misma en que se han producido los más grandes hallazgos científicos: por accidente.
De acuerdo a la historia, el equipo de Anderson llevaba a cabo una serie de pruebas para determinar si las altas dosis de radiación gamma podían esterilizar alimentos enlatados, cuando notaron que la carne que había dentro de una de las latas expuestas no se había descompuesto.
Al estudiar profundamente esa carne, encontraron una bacteria cuya cepa original (R1) fue aislada y bautizada como Deinococcus radiodurans; nombre que significa «copos resistentes a la radiación».
Tras este primer estudio, a lo largo de los años se ha podido constatar que «Conan, la bacteria» no solo es un organismo extremófilo (que puede vivir en condiciones extremas), sino que también es «el segundo organismo conocido más resistente a la radiación», por detrás del Thermococcus gammatolerans.
Según investigaciones, si este microorganismo llegara a secarse y congelarse, «podría sobrevivir a 140.000 grays, o unidades de radiación de rayos X y gamma», por lo que es capaz de soportar una dosis de radiación 28 mil veces mayor de la que mataría a un ser humano.
Pero eso no es todo, pues también puede sobrevivir a condiciones de calor, deshidratación, vacío y ácido; motivo por el que se le considera una excelente opción para probar en el desarrollo de tecnologías de protección de astronautas y otros ámbitos.