por: María Fernanda Pérez
16/07/2024 | 6:00 pm
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Imagina esto: estás caminando por la calle y hueles el aroma recién horneado de tu panadería favorita. Tu estómago gruñe de inmediato, salivando de solo pensar en ese pan crujiente y cálido. ¡Felicidades! Acabas de experimentar un ejemplo de condicionamiento clásico.
El condicionamiento clásico, también conocido como aprendizaje asociativo, es un proceso fundamental en el que los organismos aprenden a asociar estímulos neutros con estímulos que provocan una respuesta natural. Esta asociación, creada por repetición y contigüidad, puede influir en nuestro comportamiento de maneras sorprendentes.
El experimento clásico de Pavlov
En los famosos experimentos de Ivan Pavlov, se utilizaban perros para estudiar la digestión. Pavlov observó que los perros salivaban naturalmente ante la presencia de comida (estímulo incondicionado (EI)).
Luego, emparejó un estímulo neutro (estímulo condicionado (EC)), como el sonido de una campana, con el EI (comida). Tras repetidas asociaciones, los perros comenzaron a salivar al oír la campana, incluso si no se les daba comida. La respuesta de salivación ante la campana se convirtió en la respuesta condicionada (RC).
Más allá de los perros
El condicionamiento clásico no se limita a los perros y la comida. Está presente en muchos aspectos de nuestra vida: