Conoce algunas de las diferencias entre lobos y perros

Muchos se llegan a confundir con los lobos y los perros ya que son muy similares en apariencia, especialmente cuando hablamos de razas como los husky siberianos o el malamute de Alaska; pero se distinguen por sus dientes, tamaño cerebral y, especialmente, por dos genes.

En cuanto a esos genes, se hace notorio en los gestos corporales para comunicar emociones entre ellos. Los canes de ciudad que viven día a día entre las personas desarrollan conductas más adaptadas al entorno, alejándose de los lobos.

En cambio, en los perros asilvestrados, los que tienen poco contacto con los humanos, encontramos un comportamiento similar al del lobo ya que están en sobrevivencia. Por tanto, una de las diferencias es que los lobos son desconfiados ante a la presencia humana, está en sus genes la impronta de la huida frente a amenazas.

Por su parte, los caninos tienen más desarrollada su capacidad para relacionarse con las personas, además su cráneo, dientes y cerebro son más pequeños que el de sus primos salvajes.

En la parte genética, el perro posee dos genes que el lobo no, uno determina su comportamiento infantil a lo largo de toda su vida y el otro le permite la digestión del almidón.

Ambos animales son cánidos, una familia de mamíferos del orden Carnívora, por ese motivo es que aúllan, de hecho, en el caso de los lobos son menos ladradores que los perros.

Las dos especies poseen un gran sentido del olfato y del oído, así como bien desarrollada la visión adaptándose a la oscuridad.

A su vez, son sociales y requieren de relaciones entre sus grupos de raza; sus señales de comunicación visuales son parecidas, ya que adoptan la misma posición de orejas, cola y ojos.

En definitiva, dos razas de animales semejantes pero diferentes, cada uno cumple su rol en la vida, ya sea con habilidades sociales o de sobrevivencia en la naturaleza.