por: Yorman Sarmiento
16/09/2024 | 7:30 pm
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Antes de conocerse las pruebas de embarazo y las ecografías, las mujeres se enfrentaban a métodos muy curiosos para confirmar si estaban en la dulce espera.
Se conocen desde el uso de cebollas y ranas, además de múltiples prácticas que, en la actualidad, pueden resultar sorprendentes.
Una de las más usadas en la antigüedad era la conocida como el Papiro de Carlsberg, la cual consistía en introducir una cebolla en la vagina de la mujer durante la noche.
Al día siguiente se evaluaba el aliento de la dama, y si olía a cebolla entonces estaba embarazada, esto lo atribuían a que se creía que el feto bloqueaba el olor, impidiendo que llegara hasta la boca.
En China, los métodos para detectar un embarazo iban más allá de lo habitual, uno de estos consistía en tomar el pulso de la mujer, los antiguos creían que se podían detectar cambios sutiles en el pulso que indicaban un embarazo, aunque hoy se conoce que una alteración puede tener otras razones.
Una de las practicas que poseían mayor popularidad, era la prueba de la rana, consistía en inyectar orina de la mujer en la piel de una rana; en caso de que la rana ovulara y pusiera huevos, significaba que la mujer estaba embarazada.
En el año 1920 se popularizó un método nada amable con los conejos, el cual consistía en inyectar la orina de la mujer en un conejo joven durante cinco días; posteriormente, el conejo era sacrificado y sus ovarios eran examinados. Si presentaban protuberancias, significaba que la mujer estaba embarazada.
Sin duda que este tipo de pruebas para detectar si una mujer estaba embarazada son bastante sorprendentes, por lo que muchas damas e incluso animales, deben estar agradecidos con la fabricación de las pruebas de embarazo que se conocen hasta la fecha.