por: Elena Velásquez
09/04/2022 | 7:00 pm
Pixabay - Imagen Referencial
Al momento de planear un viaje siempre se suele pensar en dos elementos fundamentales: la maleta y el pasaporte; pero, te has preguntado ¿desde cuando se instauró el uso de un documento de movilización? Aquí te contamos la historia.
La referencia histórica más antigua de un documento de viaje como este, se remonta al año 450 a.C. en el Imperio Persa. En aquel entonces, el rey Artajerjes I le otorgó a Nehemías un permiso similar al pasaporte, para que pudiera movilizarse por diversas zonas hasta llegar a Judea.
En la Edad Media, los musulmanes se desplazaban dentro de sus dominios usando una especie de nota de paz y salvo de impuestos; mientras que, en Europa, las autoridades concedían un tipo de carta que fungía como autorización para desplazarse por distintas áreas.
Sin embargo, a medida que se fueron produciendo grandes avances en los mecanismos de transportes, el sistema de control de los viajeros fue deteriorándose hasta ser prácticamente nulo, de hecho, desde finales del siglo XIX y hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, las personas solían movilizarse entre las naciones sin un pasaporte, salvo en algunas regiones como en el Imperio Ruso y el Imperio Otomano, que sí exigían este documento.
A partir del siglo XX, los pasaportes comenzaron a utilizarse para controlar las entradas y salidas de cada país, por lo que estos documentos tenían una descripción física del portador, que era acompañada de una fotografía en blanco y negro; no obstante, estos no se normalizaron sino hasta 1980, con patrocinio de la Organización de Aviación Civil Internacional.
De esta forma, al pasar los años el pasaporte fue mutando, pasando de ser una simple descripción con foto a un cuadernillo para registrar los movimientos de una nación a otra, con páginas numeradas, hecho en un papel con perforaciones de seguridad y, más recientemente, con métodos fotomecánicos y tintas especiales, que dificultan su falsificación.