por: Edgar Pilca
27/07/2023 | 8:30 pm
Ámbito Financiero
En la actualidad, ser DJ parece estar de moda. Actores, cantantes, modelos e influencers han estado detrás de una cabina colocando al servicio del público sus mejores mezclas. Sin embargo, el concepto de fusionar canciones no es algo nuevo.
Según medios especializados, a finales de los años 40 el ingeniero de radio Ron Diggins elaboró la famosa Diggola, la primera mesa de mezclas.
Se trataba de una construcción portátil con madera de urna, que incluía platos, micrófono, juego de luces, amplificador y altavoces. Gracias a ella, el británico pudo unir la música de otros artistas.
Para finales de los 60, el estadounidense Francis Grasso se interesó por entrelazar canciones del mismo estilo sin ningún tipo de interrupciones, un hecho marcó una hoja de ruta para los futuros interesados en la materia.
En la década de los 70, con la expansión de las discotecas por Estados Unidos y Europa, la existencia de los discos de vinilo y las mejoras en el sonido, se consolidaron más los mezcladores que hoy en día conocemos.
En los años 80, los djs fueron ganando fama, ya que surgieron nuevos géneros, como el techno, el industrial, el hip hop y el house. Por lo tanto, tuvieron que evolucionar, moverse y fusionar diferentes estilos.
La situación comenzó a cambiar a mediados de los 90, pues la llegada del movimiento ‘rave’ hizo que estos mezcladores comenzaran a proyectarse como una estrellas al establecer mezclas y marcas particulares.
A principios del 2000, varios de estos artistas pudieron descartar el vinilo y manipular sus archivos de audio digitales con facilidad gracias la implementación de varios software especializados para la industria.
Gracias a ese avance, hoy en día muchos disyoqueis del mundo almacenan su música de manera portátil, disponen de un universo de ritmos y canciones con tan solo un clic y pueden crear un catálogo variado de mezclas.