por: Yorman Sarmiento
04/09/2024 | 8:00 pm
EFE
En la localidad valenciana de Buñol se realiza, el último miércoles de agosto, la Fiesta de la Tomatina, una actividad que colorea las calles de rojo, además, se usan cerca de 120 mil kilos de tomates de la variedad pera.
Para 2024, se vivió una experiencia más VIP, puesto que el número de participantes fue limitado, debido a que la entrada costaba unos 500 euros.
El festejo tiene ya 77 ediciones y contó con más de 20 mil asistentes, entre los que destacaron participantes de varias nacionalidades.
La Fiesta de la Tomatina surgió por casualidad gracias a varios jóvenes, quienes en 1945 comenzaron con esta tradición que se convirtió en una cita multitudinaria que le da la vuelta al mundo a través de sus imágenes.
Antes del inicio de la batalla, las calles del pueblo donde se realiza, son tomadas por los participantes, quienes visten camisetas blancas y que aguardan con impaciencia el inicio de la fiesta, además, bailan o intentan de hacerse con un jamón colgado al final de un palo enjabonado.
La fiesta se inicia pasado el mediodía, antes, se suele ver el recorrido de los camiones que trasladan las toneladas de tomates maduros y jugosos, los cuales no son aptos para el consumo, pero si para ser usados en una “batalla de tomates”.
Para tan importante evento, se dispone de un dispositivo de seguridad con más de 150 agentes de la Guardia Civil, así como del Consorcio de Bomberos de Valencia, quienes custodian el evento que tiene una duración de 60 minutos.
Este año asistió el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón y la alcaldesa del municipio, Virginia Sanz, quienes llegaron sobre un camión para formar parte de la experiencia única y espectacular.
La Fiesta de la Tomatina culmina cuando los participantes son refrescados con agua que es lanzada con cubos y mangueras desde varios puntos, así como de ventanas de las fachadas que son protegidas con plástico, con la intención que puedan soportar el tiroteo.
Esta tradición culmina con olor a tomate por todos lados, así como con la limpieza de las calles y las casas cercanas, con el objetivo que estén listas para la próxima edición, en este caso en 2025.