por: Yorman Sarmiento
22/07/2023 | 7:00 pm
Clarín
Si estás tomando algún tipo de antibiótico, es posible que prefieras no ingerir bebidas alcohólicas, debido a que existe la creencia de que los efectos de este fármaco se pueden limitar por el consumo de licor, sin embrago, el doctor Gabriel Carreño indica que es solo un mito.
Al respecto, Carreño destacó que hay algo de verdad en la afirmación, puesto que, si se consume algo en el periodo en que se ingiere antibiótico, entonces el tratamiento puede generar toxicidad hepática, asimismo puede incrementar el metabolismo hepático, lo que repercutiría en reducir la concentración en la sangre.
Según el experto, lo que sucede cuando se ingiere alcohol, es que los antibióticos pueden avanzar hacia dos caminos en el organismo, una que serían metabolizados por el hígado, mientras que el otro es que sería eliminado a través de la orina o las heces; lo que queda claro es que, independientemente de la ruta que tomen, permanecerán más o menos tiempo en el cuerpo.
Por tanto, el alcohol puede retrasar o acelerar su absorción o eliminación, lo que quiere decir que, si se toma mucho, funcionan más lentamente los efectos del antibiótico en el organismo.
“Lo más importante es valorar la recomendación médica de reposo y de alimentación para la recuperación del paciente, y así evitar el llamado efecto antabús”, el cual se relaciona con padecimientos que pueden ser leves o graves e incluir rubor facial, náuseas, vómitos, ansiedad, hasta incluso taquicardia, hipotensión, insuficiencia respiratoria o encefalopatía.
Finalmente, Carreño agregó que de los cientos de medicamentos comunes que recetan los expertos, la mayoría no pueden consumirse con alcohol, por lo que será necesario atender las recomendaciones del médico de confianza.