por: Edgar Pilca
01/11/2025 | 7:30 pm
Alena Darmel en Pexels
Una nueva y creciente preocupación se ha instalado entre padres, educadores y dermatólogos: la cosmeticorexia. Este término, aunque no es un diagnóstico médico oficial, describe la obsesión compulsiva y el consumo desmedido de productos de cuidado de la piel y cosméticos por parte de adolescentes, impulsadas principalmente por la presión de las redes sociales y la búsqueda de una «piel perfecta».
Según expertos, la  va más allá del interés habitual por el maquillaje. Se manifiesta como una necesidad imperiosa de adquirir y aplicar rutinas complejas de cuidado de la piel (conocidas como skincare), a menudo utilizando productos de alta gama y antiedad que no son adecuados para su edad.
El fenómeno se alimenta directamente de plataformas como TikTok e Instagram, donde ‘influencers’ y gurús de la belleza (muchos de ellos muy jóvenes) promueven rutinas de diez o más pasos, y donde los videos de «desempaquetado» (unboxing) de productos caros generan un deseo inmediato.
La presión social y la normalización de las «rutinas de varios pasos» han llevado a que niñas y adolescentes asocien el valor personal y la belleza con el uso de productos especÃficos. Esta exposición temprana a estándares de belleza inalcanzables y a la publicidad agresiva crea una necesidad ficticia de combatir signos de la edad que aún no poseen.
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Los expertos alertan sobre las consecuencias de esta obsesión, que se dividen en dos frentes:
Dermatólogos y psicólogos instan a los padres a tomar medidas y a fomentar una relación saludable con el autocuidado, supervisar las compras y las rutinas de cuidado de la piel, asà como hablar con las jóvenes sobre el contenido que consumen en redes y la diferencia entre la realidad y los filtros.