por: Elena Velásquez
26/02/2024 | 6:00 pm
Periódico Correo
En el océano Pacífico Sur, a unos 2 mil 688 kilómetros de la Antártida y de varias pequeñas islas, se encuentra el lugar más remoto de la Tierra: el Punto Nemo.
Apodado así en honor al mítico «capitán Nemo», que es un personaje ficticio de la novela «Veinte mil leguas de viaje submarino» de Julio Verne; este sitio fue nombrado oficialmente como «el polo de inaccesibilidad del Pacífico», debido a que el lugar es «el más alejado de cualquier tierra firme».
Justamente, se sabe que esta región es tan solitaria que, frecuentemente, los humanos que se encuentran más cerca de ella son los astronautas que están en la Estación Espacial Internacional (ISS). De hecho, esta perdida porción de tierra se halla a más de mil 600 kilómetros equidistante de las costas de tres islas lejanas: Isla Ducie (Pitcairn), Motu Nui (Isla de Pascua) e Isla Maher (Antártida).
Durante mucho tiempo, la ubicación de la también llamada «Zona Deshabitada del Pacífico Sur», fue objeto de debate entre los científicos, hasta que finalmente el ingeniero croata-canadiense, Hrvoje Lukatela, lo logró establecer en 1992 calculando sus coordenadas gracias a «un programa de computación especializado que incorporó la forma elipsoide de la Tierra para lograr una precisión máxima».
Debido a su lejanía y su aura de soledad este sitio ha sido durante varias décadas un lugar de interés para la investigación científica, la exploración espacial e incluso la literatura; por ello, ha sido empleado como «cementerio» de «más de un centenar de objetos espaciales desmantelados», así como inspiración para la creación de historias y leyendas sobre grandes y temibles monstruos.
Otra curiosidad del Punto Nemo es que, al día de hoy, no se conoce un sitio natural más silencioso sobre la superficie terrestre, puesto que por su lejanía no se escuchan ni sonidos de animales, ni «ruidos humanos» (emitidos por personas o máquinas creadas por el hombre). De hecho, el único registro sonoro que se percibe es el de las olas.