por: Elena Velásquez
08/02/2024 | 6:00 pm
Tripadvisor
América Latina es una región llena de leyendas que han transcendido en el tiempo, siendo objeto de curiosidad de locales y extranjeros.
Una de las más conocidas es la de El Dorado, que habla de una gran ciudad de oro que, misteriosamente, nunca ha podido ser ubicada con exactitud, aunque cientos de versiones han intentado dar fe de su existencia.
Por ello, hoy te invitamos a descubrir la conexión que existe entre este mito y la popular laguna de Guatavita, que se encuentra en Colombia.
Los registros históricos sobre la búsqueda de El Dorado se remontan al siglo XVI, época en la que los conquistadores europeos que llegaron a estas tierras comenzaron a organizar expediciones, a fin de encontrar la espectacular ciudad de oro de la que hablaban las tribus indígenas de la entonces Nueva Granada.
El primer europeo que emprendió esta infructuosa búsqueda fue Vasco Núñez de Balboa, quien escuchó la historia de la voz de un indígena llamado Panquiaco y decidió salir en la búsqueda de esta localidad en las tierras que hoy pertenecen a Panamá.
Sin embargo, el oro que halló durante su expedición no provenía de la espectacular ciudad que, finalmente, nunca pudo hallar.
Tras este primer intento, otros muchos conquistadores como Rodrigo de Bastidas, Francisco Pizarro y Sebastián de Belalcázar, seguirían tras las pistas de El Dorado en las regiones que hoy son conocidas como Coro (Venezuela), Quito (Ecuador) y Santa Marta (Colombia). Sin embargo, la leyenda no solo gira entorno a la valiosísima ciudad, sino a su gobernante.
Según la historia, el lugar era dominado por el Cacique de los Muiscas, también llamado Zipa o Zaque, quien debía someterse a un ritual dentro de una laguna, en el que su cuerpo era cubierto en aceites aromáticos y, posteriormente, con polvo de oro y joyas; dando lugar así al nombre de «El Dorado». La ceremonia culminaba con el Zipa lanzándose en medio de la laguna para «deshacerse del peso extra», mientras su pueblo arrojaba más joyas y tunjos al agua.
Curiosamente, se cree que el sitio donde se realizaba esta ceremonia era justamente la laguna de Guatavita, que forma parte de una reserva natural de la ciudad de Sesquilé (Colombia), y se encuentra a solo 70 kilómetros de Bogotá.
En este lugar, que fue visitado por primera vez por los conquistadores en 1538, tanto los exploradores de antaño como los de la época reciente, han hallado diversas piezas de oro y joyas, que darían veracidad al ritual Muisca, pero la espectacular ciudad de torres doradas jamás ha sido encontrada.