por: Jonás Rodríguez
23/07/2021 | 7:00 pm
@Milenio
Una de las costumbres más populares durante cada cumpleaños es soplar una vela mientras se pide un deseo, sin embargo, a pesar de ser una tradición común en casi todo el mundo, la mayoría desconoce su origen.
Hasta la fecha, existen dos teorías relacionadas al origen de esta práctica, ambas provenientes de Europa.
La primera hipótesis señala que en Alemania, durante siglo XVIII, se celebraba el «Kinderfest», un festejo en el que se colocaban dos velas en un dulce para conmemorar el aniversario del niño, una representaba la luz de su vida y la otra sus años venideros.
Estas velas se mantenían encendidas durante todo el día y se apagan al final de la fiesta. Los creyentes creían que el humo de las mismas ayudaba a llevar el deseo del infante a Dios.
La otra teoría, originaria de Grecia, indica que en la antigüedad los ciudadanos que cumplían años le regalaban dulces con velas a Artemisa, la diosa de la Luna. Estos postres representaban el ciclo lunar completo y el fuego de las velas era apagado para que el humo llegara a la divinidad, llevando consigo el deseo de la persona.
No obstante, los especialistas explican que esta tradición no era bien recibida por las comunidades cristianas, puesto que en ese tiempo solo se consideraba apropiado conmemorar la muerte de los santos y no el nacimiento. Cuando la Iglesia estableció la Navidad como una celebración importante, la percepción cambió.
Los expertos creen que, por su cercanía geográfica, la tradición podría tener un origen común que se remonte a un tiempo más antiguo.