por: Elena Velásquez
22/02/2024 | 6:00 pm
Architectural Desing
Todos hemos escuchado que debemos dormir al menos ocho horas diarias, sin embargo, la ciencia ya ha demostrado que esto no es una regla única e inmutable, pues expertos señalan que «no todas las personas necesitan las mismas horas de sueño para poder descansar».
Ahora, el debate de los especialistas se ha centrado en otro aspecto del sueño: si este debe ser monofásico (un solo periodo) o polifásico (varios periodos), teniendo en cuenta la evolución del hombre, de su cultura y el comportamiento de otras especies naturales que habitan en la Tierra.
Aunque muchas personas suelen insistir en que lo ideal es dormir de un tirón, al analizar los registros históricos de la especie humana se descubre que esto no siempre fue así y que, además, más del 86% de los mamíferos suele tener un «sueño segmentado».
Justamente, diversos estudios han demostrado que, contrario a la creencia popular, la idea de que el sueño monofásico es la única forma «correcta» de dormir no tiene fundamento; de hecho, la realidad sería totalmente distinta, pues las mismas investigaciones sugieren que el dormir en dos o varias tandas, con momentos de vigilia entre ellas, abre las puertas a un mundo de posibilidades y beneficios.
En este sentido, tras analizar el comportamiento de las sociedades preindustriales, los científicos han descubierto señales de que, nuestros antepasados, denotaban una mayor productividad, así como un estado de alerta superior y mejoras en otros campos mentales como la memoria y el aprendizaje.
Al poner a prueba el «sueño segmentado» con personas de esta era, los expertos han descubierto que, en efecto, al dividir el sueño en bloques, se puede aprovechar las horas de mayor energía para realizar actividades con mayor eficiencia.
También se potencia el enfoque, la concentración e incluso la retención de información y, por si fuera poco, el dormir por periodos se ha asociado a una mejor salud cardiovascular, un menor riesgo de diabetes y una mayor esperanza de vida.
No obstante, los expertos señalan que, si bien nuestros antecesores llevaban sin problema este estilo de sueño, hoy día es un poco difícil de aplicar, por lo que adaptarse a este mecanismo de descanso requiere disciplina, paciencia y una excelente comprensión de las señales que envía nuestro cuerpo; puesto que, al igual que las ocho horas de sueño no son una regla fija para todos, el sueño segmentado tampoco lo es por muy beneficioso que pueda ser.