Exclusivo y polémico: Así es el café defecado, el más caro del mundo

El codiciado «kopi luwak», conocido también como café de civeta, se elabora a partir de granos de café que han pasado por el sistema digestivo de la civeta de las palmeras común (Paradoxurus hermaphroditus), un mamífero carnívoro de la familia Viverridae que se distribuye ampliamente por la India y el sur de China.

Estos animales tienen un paladar exquisito para las cerezas de café maduras. Sin embargo, sus estómagos no digieren el grano en sí.

En cambio, las enzimas presentes en su tracto digestivo modifican químicamente los granos, rompiendo las proteínas responsables del amargor característico del café. El resultado son granos que, tras ser excretados en las heces de la civeta, son recolectados, lavados y procesados para crear una infusión de sabor único y muy apreciado.

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Lo cierto es que el «kopi luwak» ha alcanzado precios astronómicos, llegando a costar alrededor de 94 euros por cada 100 gramos de granos sin moler.

Su principal mercado se encuentra en Estados Unidos y Japón, donde los conocedores están dispuestos a pagar una prima por su sabor distintivo.

La producción de este café se concentra en las islas de Sumatra, Java, Bali, Célebes, Filipinas, Timor Oriental y Vietnam, e incluso algunas regiones del sur de la India. En Vietnam, incluso existen versiones sintéticas que intentan replicar el proceso natural.

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Sin embargo, la producción de «kopi luwak» no está exenta de controversia. La laboriosa tarea de recolectar los granos de las heces de civeta salvajes ya es un desafío.

Además, la creciente demanda ha llevado a la cría de civetas en jaulas, a menudo en condiciones deplorables. Una investigación hecha en 2013 reveló que mucho del café etiquetado como «de civeta salvaje» provenía en realidad de animales en cautiverio, generando serias preocupaciones sobre el bienestar animal.

A pesar de su elevado precio y las cuestiones éticas que rodean su producción, el «kopi luwak» sigue siendo un símbolo de exclusividad en el mundo del café.

Su historia, ligada a un proceso digestivo animal, continúa generando curiosidad y debate entre los amantes de esta popular bebida