por: Edgar Pilca
01/09/2025 | 8:30 pm
El Pregonero
En el corazón de Ciudad Bolívar, un coloso de granito se alza en las aguas del majestuoso río Orinoco, justo frente al casco histórico de la ciudad.
Conocida como la «Piedra del Medio» o el «Orinocómetro», esta formación rocosa no es solo un ícono geográfico, sino también el epicentro de una de las leyendas más fascinantes del país, una que une a la naturaleza con lo mítico: la leyenda de la serpiente de siete cabezas.
Según la tradición, en lo más profundo de las entrañas de esta piedra habita una gigantesca serpiente de siete cabezas que duerme un sueño milenario. Los pobladores de la región y los navegantes del Orinoco han transmitido esta historia de generación en generación, dotando a la piedra de un misticismo que va más allá de su imponente presencia.
La leyenda no es solo un cuento fantástico; tiene una función práctica y de advertencia. Se cuenta que cuando la Piedra del Medio queda completamente sumergida por la crecida del río, algo que ocurre en épocas de fuertes lluvias, la serpiente se agita y puede despertar de su letargo.
Este evento se asocia, a menudo, con un aumento en la fuerza de la corriente y la aparición de peligrosos remolinos que han comprometido la navegación de numerosas embarcaciones a lo largo de los años.
Aunque la ciencia explica la crecida del río como un fenómeno natural cíclico, la creencia popular se aferra a esta leyenda, considerándola un termómetro emocional y ambiental de la ciudad.
La Piedra del Medio se convierte, de esta manera, en un símbolo de alerta para los bolivarenses: su visibilidad marca la tranquilidad, mientras que su desaparición bajo el agua anuncia un momento de precaución y respeto por la fuerza indomable del Orinoco.