por: María Fernanda Pérez
06/04/2024 | 6:00 pm
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La expresión «sangre azul» se ha asociado durante siglos con la realeza y la nobleza. Sin embargo, ¿es realmente cierto que la sangre de los reyes es de un color diferente al resto de la población?
La respuesta es un rotundo no. La sangre de todos los seres humanos, independientemente de su linaje o posición social, es del mismo color: rojo. El mito de la «sangre azul» tiene su origen en la Edad Media y se basa en dos factores principales:
Tono de piel
La nobleza, que vivía en castillos y no realizaba trabajos físicos al aire libre, tenía una piel más pálida y clara. A través de esta piel, las venas se veían más prominentes y con un tono azulado, lo que contrastaba con la piel curtida por el sol del pueblo llano.
Exclusividad
Otra teoría menos aceptada relaciona la «sangre azul» con el tipo de sangre O. Este es compatible con todos los demás tipos, pero solo puede recibir sangre del mismo tipo. Esto se interpretaba como una metáfora de la exclusividad y el linaje puro de la realeza.
A pesar de no tener fundamento científico, el mito de la «sangre azul» ha persistido a lo largo de la historia como símbolo de estatus y nobleza. Se encuentra en cuentos de hadas, expresiones populares e incluso en el lenguaje cotidiano.