por: Edgar Pilca
17/05/2023 | 6:30 pm
SeeWorld
No es un filtro de Instagram o un montaje de Photoshop: las fotos que aparecen en tu feed de piñas rosadas son reales. Y se trata de un proyecto que lleva unos 15 años en el mercado alimenticio.
Todo se basa en una piña genéticamente modificada (OGM) con genes de otras plantas o alimentos, que además cuenta con el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) como segura para su consumo.
El proveedor es Fresh Del Monte, una empresa que ha desarrollado su popular «PinkGlow Pineapple» en una finca en la selva de Costa Rica desde el año 2005, las cuales aterrizaron en el mercado y se han convertido en toda una sensación en Internet.
¿Cómo se cultivaron?
Dignas de un refrigerio para «Legalmente rubia» o «Barbie», este tipo de frutas se produjeron a través de la bioingeniería para alterar el tradicional color amarillo hasta conseguir que creciera de forma natural en tono rosado.
Para lograrlo, los biotecnólogos de la empresa usan licopeno, un pigmento orgánico alto en antioxidantes que está presente en frutos rojos (fresas, tomate o patilla).
Por lo tanto, su método se basa en cruces similares al polen para insertar el componente natural. Este procedimiento se realiza en un laboratorio y esperan dos años para que la fruta crezca.
Michael Calderón, director legal regional de Fresh Del Monte, indicó que en Costa Rica cuentan con 9 mil 283 hectáreas de plantaciones del exótico fruto, el cual solo se comercializa en mercados exclusivos alrededor del mundo.
Estados Unidos, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kuwait y Hong Kong son algunos de los destinos donde muchos pueden deleitarse con las populares piñas rosadas.
¿A qué saben?
Según influencers, la fruta viene en una caja con un sello de autenticidad. Al abrirlas, indicaron que la pulpa es más suave y era más fácil de cortar. Señalan que son jugosas y que su poderoso aroma impregna una habitación.
Una vez la probaron, detallaron que son un poco más dulces y menos agrias que las tradicionales, mientras que su parte posterior crujiente evita que tenga un sabor empalagoso.
Expertos culinarios que las han probado recomiendan comerlas solas, emplearlas en ensaladas, batidos, cocteles y combinaras en platos exóticos.
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