por: Yesimar Gerdler
24/03/2023 | 6:30 pm
Pixabay
Si hay algo que nos atrae de las flores, además del aroma, son sus vibrantes y variados colores. Pero ¿sabes cómo obtienen esos tonos tan llamativos y diversos?
Los colores de las flores son originados por las moléculas de pigmentos acumuladas en sus pétalos, de hecho, el amplio rango de colores se debe a la combinación de varios tipos de pigmentos.
Por ejemplo, los carotenoides son los responsables del color rojo, naranja o amarillo de muchos frutos, mientras que los alcaloides, como la betaína, le dan su color rojo sangre a la raíz de la remolacha.
Los pigmentos florales más extendidos en las diferentes especies existentes son los flavonoides, que producen tonos azules y amarillos. Además, los flavonoides pertenecen a la misma familia que muchos compuestos antioxidantes populares por ser considerados beneficiosos para la salud.
Pero ¿cómo le aportan esos colores variados?
Cuándo vemos los colores de una flor, en realidad estamos observando una parte del espectro de la luz absorbida por la planta y reflejada y transmitida como otra.
A a esto se suma la estructura y morfología de la superficie del pétalo, que, en ocasiones, tiene células que actúan como prismas y matizan los colores asociados a los pigmentos.
Sin embargo, más allá de su belleza, los colores de las flores sólo tienen una función conocida: interactuar con los insectos, pájaros o mamíferos polinizadores.