por: Elena Velásquez
02/10/2024 | 7:30 pm
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Aunque pueda resultar sorprendente, el ballet tiene muchas similitudes con el fútbol. Si bien al pensar en este tipo de danza solo se le asocia con la delicadeza, la armonía, la gracilidad, la fluidez y la elegancia, realmente es mucho más que eso.
De hecho, ¿sabías que esta danza es usada como una alternativa para mejorar el rendimiento de los jugadores que practican este deporte a nivel profesional?
Así es, porque el nivel de exigencia física y mental que se requiere para bailar ballet es equiparable con el que se necesita para jugar fútbol.
La práctica de esta danza, al igual que la del fútbol, conlleva una preparación de alto nivel y un nivel de disciplina elevado. Los bailarines deben pasar por cientos de horas de práctica, incrementar su fuerza, potenciar su elasticidad y mejorar cientos de cualidades y características que, para la mayoría de las personas, pueden resultar insospechadas; tal como sucede con los futbolistas.
En ambos casos, las prácticas se prolongan durante varias horas y se dividen en tres fases principales: el calentamiento, durante el cual los ejecutantes se dedican a realizar estiramientos; el entrenamiento propiamente dicho, que incluye la puesta en práctica de «pasos» y «técnicas» por separado; y la «puesta en escena» (en el caso del ballet) y el «repaso de la estrategia de juego» (en el caso del fútbol).
Por esto, a muchos jugadores tanto de fútbol de campo como de fútbol americano, se les ha sugerido por practicar ballet para mejorar ciertos aspectos dentro de su carrera deportiva como el equilibrio, la agilidad, e incluso, la tonificación de los músculos.
Algunos de los deportistas que han practicado ballet son Lynn Swann, Herschel Walker, Edinson Cavani, Rio Ferdinand, así como los jugadores del Queens Park Rangers de Inglaterra, los del Östersunds FK de Suecia, y los del Wigan Warrior sub-19 de la liga inglesa de rugby.