por: María Fernanda Pérez
27/07/2024 | 6:00 pm
La Torre News
La época victoriana, conocida por su elegancia y sofisticación, también albergó un lado oscuro: la moda tóxica. Uno de los ejemplos más infames es el uso del arsénico para teñir las telas de un verde brillante conocido como verde Scheele.
Este color vibrante era muy popular entre la alta sociedad, especialmente para la ropa de mujer. Vestidos, guantes, zapatos e incluso coronas de flores artificiales se teñían con este pigmento, sin importar las graves consecuencias para la salud de quienes los usaban o fabricaban.
El arsénico, un elemento químico altamente tóxico, se introducía en las telas mediante un proceso complejo que involucraba varios compuestos químicos. A medida que las personas vestían o trabajaban con estas prendas, entraban en contacto con el arsénico, que, poco a poco, iba envenenando sus cuerpos.
Los síntomas del envenenamiento por arsénico eran terribles: náuseas, vómitos, caída del cabello, dolor en las articulaciones, debilidad muscular e incluso la muerte. La exposición prolongada a este elemento podía provocar enfermedades graves como cáncer, problemas de circulación y daños neurológicos.
Afortunadamente, en la actualidad, existen regulaciones estrictas que prohíben el uso de arsénico y otros materiales tóxicos en la fabricación de ropa y otros productos de consumo. Sin embargo, es importante recordar el pasado y seguir luchando por la seguridad de los trabajadores y la protección del medio ambiente.