por: Elena Velásquez
07/12/2024 | 7:30 pm
Pixabay - Imagen Referencial
Cuando de lavar la ropa se trata, la mayoría de las personas piensan en jabón u detergente, pero ¿sabías que los romanos usaban orina para esta tarea?
Aunque pueda parecer increíble y, bastante asqueroso, en la Antigua Roma la orina era un líquido muy preciado para quitar manchas de todo tipo, desde las manchas de comida hasta las de materia orgánica.
De acuerdo a la información que se tiene sobre esta época, debido a su contenido de amoníaco, los romanos empleaban la orina para «blanquear» sus ropajes; no obstante, se debe tener en cuenta que este líquido no se utilizaba solo, sino que se mezclaba con agua, cenizas y arcilla para potenciar las propiedades limpiadoras.
¿Cómo lavaban? Muy simple, en las antiguas lavanderías romanas, denominadas «fullonicae», se utilizaba un proceso de tres pasos: remojo, enjuague y secado.
En la primera etapa, las ropas eran introducidas en grandes tinajas que ya contenían la mezcla de orina, agua, cenizas y arcilla; allí eran dejadas varias horas, e incluso días, para que los ingredientes surtieran el efecto limpiador y blanqueador.
En la segunda, los ropajes se enjuagaban con suficiente agua para eliminar los restos del «detergente natural» con el que se había remojado; y en la última, se dejaban secar las prendas al aire libre, de manera que el olor también desapareciera por completo.