por: Elena Velásquez
13/12/2021 | 7:00 pm
Pixabay - Imagen Referencial
Día a día, la ciencia trabaja para arrojar luz sobre aquello que desconocemos de nuestra especie, por ejemplo, ¿sabías que tenemos un segundo cerebro en el sistema digestivo? Aunque pueda parecer extraño es así.
Según investigaciones científicas, el aparato digestivo cuenta con un revestimiento nervioso denominado sistema nervioso entérico (SNE), que es capaz de aprender y memorizar el comportamiento del organismo al ingerir los alimentos, controlando así el proceso de digestión.
El SNE, que a su vez es una subdivisión del sistema nervioso autónomo, se encuentra en las envolturas que recubren el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon; y cuenta con 100 mil neuronas distribuidas en toda la extensión del sistema digestivo, que puede alcanzar los 12 metros.
Tales neuronas se dividen en cuatro grupos: las aferentes intrínsecas primarias, cuya función es transportar los impulsos nerviosos captados por los órganos del aparato digestivo hacia el cerebro; las motoras, encargadas de activar las capas musculares que dan forma al tubo digestivo, a los vasos sanguíneos del estómago y a algunas glándulas; las interneuronas, que facilitan la comunicación entre los tipos anteriores; y las intestinofugas, que advierten al sistema nervioso central cualquier cambio que se produzca en la actividad del intestino.
De esta forma, este «segundo cerebro» se encarga de alertar el hambre y la saciedad, mientras paralelamente, controla la mezcla de los alimentos, la coordinación de las contracciones musculares y la estabilidad del ambiente bioquímico esencial para que las enzimas desempeñen su función vital.