por: Edgar Pilca
09/05/2025 | 6:00 pm
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Enclavado en el corazón de Asia Central, Turkmenistán se erige como una nación singular, a menudo descrita como la más hermética del mundo.
Rodeado por Kazajistán, Uzbekistán, Afganistán e Irán, este país rico en recursos naturales, principalmente gas natural, mantiene una política de estricto aislamiento que impacta profundamente la vida cotidiana de sus ciudadanos y su interacción con el resto del planeta.
Una de las características más distintivas de Turkmenistán es su severa limitación del acceso a la información y a las plataformas de comunicación globales.
Servicios de internet que son omnipresentes en la mayoría de los países, como Facebook, Instagram y YouTube, están bloqueados dentro de sus fronteras.
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El liderazgo en Turkmenistán ha estado marcado por un fuerte culto a la personalidad. Tras la independencia de la Unión Soviética en 1991, el primer presidente, Saparmurat Niyazov, se autoproclamó «Turkmenbashi» (Padre de todos los turkmenos) y estableció un gobierno autocrático lleno de extravagancias y un control férreo sobre todos los aspectos de la vida pública y privada.
Su sucesor, Gurbanguly Berdimuhamedow, continuó en gran medida con políticas similares, perpetuando el aislamiento y el culto a su propia figura. Actualmente, su hijo, Serdar Berdimuhamedow, ocupa la presidencia, manteniendo la línea política de sus predecesores.
La economía de Turkmenistán se basa principalmente en sus vastas reservas de gas natural, lo que le otorga una posición importante en el mercado energético regional.
Su cultura es rica en tradiciones ancestrales, con fuertes lazos con su pasado nómada y su herencia islámica. Alfombras tejidas a mano, caballos Akhal-Teke y celebraciones nacionales únicas son elementos centrales de su identidad cultural. Sin embargo, la expresión artística y cultural también se encuentra bajo la atenta mirada del gobierno.
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Viajar a Turkmenistán es una experiencia inusual y a menudo desafiante. Se requieren visados para la mayoría de las nacionalidades, y el proceso de obtención puede ser complejo.
Una vez dentro del país, los movimientos de los visitantes suelen estar restringidos, y a menudo se requiere la compañía de guías turísticos.
A pesar de su aislamiento, Turkmenistán es un país con una historia fascinante y un paisaje diverso, que incluye el desierto de Karakum, oasis antiguos y sitios arqueológicos de gran importancia.