por: María Fernanda Pérez
15/05/2025 | 6:00 pm
Clarín
Una tablilla de arcilla de aproximadamente 4 mil años de antigüedad, desenterrada en la antigua ciudad de Nuzi, en el actual Irak, generó revuelo en las redes sociales al ofrecer una ventana inesperada a las quejas de la adolescencia en la antigua Babilonia.
La carta, escrita en acadio por un estudiante llamado Iddin-Sin y dirigida a su madre Zinû, contiene una queja sorprendentemente familiar para cualquier padre de un adolescente actual: la ropa.
Así, el divulgador científico Michael R. McBrideco compartió una traducción de la misiva en su cuenta de TikTok, desencadenando una ola de reacciones y viralizando rápidamente el hallazgo. Y no es para menos, pues la esencia del mensaje de Iddin-Sin resuena con las frustraciones de muchos jóvenes a lo largo de la historia.
En su carta, el joven estudiante expresa su descontento con el vestuario que su madre le proporciona. Con un tono que bien podría escucharse hoy en día en cualquier hogar, Iddin-Sin recrimina a Zinû por la aparente disparidad entre su ropa y la de sus compañeros.
«De año en año, la ropa de los jóvenes caballeros aquí mejora, pero dejas que mi ropa empeore año en año. De hecho, persististe en hacer que mi ropa fuera más pobre y más escasa. En un momento en que en nuestra casa la lana se usa como el pan, me has hecho ropa pobre», lamenta el joven, según la traducción de la Facultad de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres.
Pero el drama juvenil alcanza su punto álgido cuando Iddin-Sin cuestiona el amor de su madre, a pesar de reconocer que ella lo crió.
«El hijo de Adad-iddinam, cuyo padre es solo un asistente de mi padre, tiene dos nuevos conjuntos de ropa, mientras que tú te preocupas incluso por un solo conjunto de ropa para mí. A pesar del hecho de que me llevaste y su madre solo lo adoptó, su madre lo ama, mientras que tú, no me amas».
Los científicos que realizaron el descubrimiento datan la carta en el siglo XVIII a. C., en plena Mesopotamia. En aquella época, según explica la revista Galileu, era común que los hijos de funcionarios y aspirantes a sacerdotes o escribas asistieran a internados para estudiar escritura cuneiforme y literatura. Aunque no se sabe con certeza si Iddin-Sin vivía fuera de casa, los investigadores lo consideran probable. Tampoco se ha determinado si el joven escribió la carta de su puño y letra o la dictó a un escriba.