por: Redacción
09/01/2017 | 2:23 pm
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Terco como mula, Felicito es un hombre de principios. No da su brazo a torcer. Modesto, prudente y orgulloso. Aprendió de su papá la más importante lección de todas: en la vida uno no se debe dejar pisotear por nadie. Esta frase lo marcó de por vida. Honesto, trabajador, soñó siempre con salir adelante.