por: Redacción
19/02/2016 | 1:07 pm
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A sus veintidós años, Pármeno guarda un solo rencor: La Tía, para la que su madre, Mercedes, trabajó como servicio de casa cuando aún estaba casada con el viejo Benito. Pármeno tuvo que sufrir siendo apenas un bebé la encarcelación de la madre y sus primeros años en un orfanato, lo que recuerda con verdadero dolor. Sólo cuando Mercedes fue perdonada, ayudada por el padre de Calixto, y llevada a la casa como servicio del hogar, recuperó el muchacho nuevamente la compañía de su madre, un hogar.